Anselmo Arruda, natural de Brasil, pasó algo más que una mala infancia: sus dos padres murieron a la vez cuando él tenía tan sólo 15 años de edad. En ese momento recibió una casa como herencia, pero los siguientes años fueron de penuria y soledad, hasta el punto en que se quedó sin recursos.
Durante esa etapa de su vida, la única distracción que le liberaba en parte del sufrimiento era su patín.
El brasileño continúo amontonando recuerdos en el viejo hogar, sin agua ni luz en ocasiones, alumbrándose con velas y viendo como, poco a poco, su vida se consumía entre esas paredes. Un día decidió cambiar el rumbo de su vida y enterrar esos recuerdos.
«Todas las malas memorias del pasado se han convertido en spots«.
El skater comenzó a derrumbar tabiques y a sustituir las paredes por rampas y transiciones, «Fue entonces cuando me sentí realmente vivo», afirma. Tiempo después, lo que fuera una casa más en un barrio pobre de Brasil, se ha convertido en un DIY mundialmente famoso, la Caverna House. A él acuden skaters de todas partes del globo diariamente para disfrutar de la hospitalidad de Anselmo y pegarse una buena sesión con los locals. Es por ello que el brasileño puede decir con orgullo que «Hoy no comparto mis rampas, comparto mi historia«.
Hace unos días, Guilhermo Ribeiro publicó un documental sobre la casa gracias al cual podemos conocer de primera mano la historia del skater. Disfruta del vídeo que lanza vinteumgramas: «A Obra da Minha Vida» (La obra de mi vida).
A Obra da Minha Vida from vinteumgramas on Vimeo.