Montreal, Canadá, ha vuelto a acoger una de las competiciones más locas de este año, por decirlo de alguna manera. Si flipamos con las pruebas del Glory Challenge de Dime, en esta ocasión la cosa va de drop in, el tirarse de un quarter pipe de toda la vida pero a en modo «hacerse daño«.
El escenario del «Drop of Doom«, organizado por Empire y Converse, era una rampa base de unos tres metros de altura a la que se fueron añadiendo diez bloques según la cosa se animaba. Al final de la fiesta, lo que era un quarter se convirtió en una vertical de 20 pies, algo más de seis metros. Para hacernos a la idea, sería algo así como dejarnos caer desde un tercer piso.
El único que logró realizar la hazaña fue Phil Dulude, y aunque cayó al suelo unos metros después se contó como válida. Por detrás de él, Leon Chapdelaine y Jordan Gallant se zafaron de la muerte dropeando desde la altura de 18 pies.
