lienzo quebradizo skateboarding y vanguardias

‘Un Lienzo Quebradizo’ – Skateboarding y Vanguardias Artísticas

skateboarding y arte más juntos que nunca

Lo que traemos hoy es algo original e inaudito, y requiere de una lectura tranquila para asimilar bien los contenidos. Todos sabemos que los diseños de las tablas evolucionan, y, a simple vista, podemos apreciar que algunos gráficos tienen toques artísticos y, otros, son simplemente ilustraciones. Nuestro gran amigo Jaime A. Pérez Laporta ha realizado un profundo análisis sobre cómo las Vanguardias del Arte de principios del siglo XX han influido en los diseños de marcas como Quasi, Fucking Awesome o Supreme. El punto de vista de alguien que, a priori, no sabe mucho de patín es algo refrescante para todos nosotros, puesto que aporta la frescura de quien llega «vírgen» en trucos pero con gran conocimiento en cuanto a arte se refiere.


Un lienzo quebradizo: Ensayo sobre el skateboarding y las vanguardias

Introducción

Hace unos meses, un amigo, culto como el que más y que practica skateboarding, me mostró unos diseños de tablas para ese ‘deporte. Pocos días después empezaría un curso de arte de vanguardia y no pude dejar de pensar en mi amigo y su entusiasmo, casi stendhaliano, con aquellas ilustraciones de las tablas.

Un estudio deliberado de estas corrientes artísticas de principios del siglo pasado y una extraña experiencia estética con unas decks. Ambas cosas son el punto de partida y de regreso, puesto que el trabajo pretende tender puentes entre las dos.  Para este fin, he seleccionado uno de los diseños más novedosos de tablas y a un artista de vanguardia.  Además, al final de estas páginas, se encuentra un anexo para poder profundizar un poco más en esta estética skater.

Una comparación entre representaciones pictóricas, también implica una comparación entre actitudes. El skateboarding consiste en hacer acrobacias con la tabla: el diseño del que se está hablando está situado en la parte inferior y será, con toda seguridad, la parte más perjudicada. Tras unos días de uso, la ilustración de la tabla queda totalmente rayada y casi irreconocible. Por ello habrá una segunda fase del ensayo que trate de establecer una relación con alguna actitud anti-artística de las vanguardias.

1. Vanguardia del diseño

La tabla que motiva esta primera parte del ensayo tiene una forma abstracta. Quizá un diseñador experto podría adjudicarle un estilo, un autor, una corriente dentro de la propia historia del diseño, pero lo evidente es que la ilustración es una forma abstracta. Motivo por el cual hay que volver la vista atrás, como el poeta, y, pensar referencias con los primeros que abrieron camino en la abstracción.

skate arte tabla quasi vanguardias arte

El  fondo claro y diáfano y, sobre todo, el rectángulo descartan al primer vanguardista en este campo, Kandinsky, ya que él  “inauguró una corriente lírica, no geométrica”. El desequilibrio del rectángulo hacia la derecha no implica necesariamente un desorden, sino un corrimiento intencionado, fiel a los ejes vertical y horizontal. Esta previsión racional y la geometría recuerdan a las composiciones de Mondrian. Sin embargo, la ausencia de la retícula y la utilización de colores no puros harían descartar también esta conexión.

Finalmente, el protagonismo solitario del rectángulo sugiere el suprematismo de Malévich, también impulsor de las formas geométricas: recuerda a Cuadrado negro sobre fondo blanco, al margen de la diferencia en la elección de colores, la composición es parecida.

Para algunos, Malévich no tenía “tema ni pretexto alguno” para un cuadro como ese, pero lo cierto es que tenía muchísimos pretextos y un tema infinito; con el mismo nombre de su movimiento, el propio autor confirma el objeto de su arte: lo supremo. El suprematismo pretendía “traducir la nueva composición de los signos surgidos de nuestro cerebro creador”, es decir, salir de las formas dadas por las circunstancias externas y crear de forma pura. El tema del suprematismo es la realidad creada por el propio hombre, independientemente del mundo; es arte de creación pura.

Con lo que respecta a la tabla, a menudo se acepta que los diseñadores, gracias a la tecnología, “viven a expensas de los trucos efectistas que ofrecen los programas, mientras ocultan un importante vacío conceptual”. Lo cual significaría una clara conexión con la abstracción suprematista interpretada por Ramírez. No obstante, si bien es cierto que muchos diseños están vacíos de contenido por culpa de la tecnología, también es cierto que la red ha logrado un refinamiento del comprador de esos diseños. Gracias a internet, “el público se ha colmado de imágenes” y, desde una perspectiva opuesta a la del diseño vacío, se ha establecido un mercado diverso en el que caben las demandas más intelectuales. El público, o una parte de él, se ha hecho apto para la abstracción y quizá hasta suprematista: concibe un lenguaje de formas puras.

Hay que aceptar que implicó un reduccionismo pictórico y la  “naturalidad con la que el constructivismo, tras la revolución, adoptó las formas del suprematismo” lo evidencia, pues poco había de místicos en los constructivistas. Pero eso no significa la ausencia de significado en Malévich y en este tipo de arte. Es, más bien, una expresión más cerebral (por eso abstracta) del mundo: el infinito del blanco como superación del azul celeste. Quizá suceda algo parecido en el lenguaje plástico de esta tabla.

2. Negación retórica

Mucho podría comentarse sobre el tema anterior. No obstante, en la cultura del skateboarding hay otro elemento digno de análisis. En el anexo podrá verse la importancia y la diversidad de estas ilustraciones en un trozo de madera. Al parecer, quienes los diseñan le otorgan un papel privilegiado. En efecto, es uno de los atractivos de compra, el valor añadido: el material de la tabla es poco relevante, más o menos todas son iguales; lo que vende es la ilustración.

Sorprende que todos los consumidores de las grandes marcas de tablas, como si fueran unos burgueses orgullosos, se jacten de comprarlas, puesto que su propio deporte les condena a destrozar aquel diseño. Toda experiencia estética que otorga el deporte del skate (las acrobacias) se opone, en principio, a la ilustración, que queda en la zona opuesta a la que se colocan los pies. Ésta es la parte que sufrirá más daños a causa de los saltos y los slides.

La negación retórica es bien conocida en la vanguardia. Sobre todo en el movimiento dadaísta. Obsérvese un caso concreto: Marcel Duchamp. Para él el arte debía ser aburrido, debía ser anti-arte. Duchamp no renovó el arte, destrozó la idea de arte y reconstruyó con los escombros algo nuevo y contrario al gusto. Dos obras del artista francés servirán para establecer paralelismos.

La estética del Gran vidrio es compleja, ininteligible a la vista, pero cargada de significado oculto: trataba de hacer “una renuncia a toda estética”. Por eso, quizá, permitió que se expusiera con grietas tras un accidente durante el traslado; es decir, a pesar de la premeditación, como era para la destrucción de una idea, contó con la participación del azar. La segunda obra es   L. H. O. O. Q en la cual necesita pervertir la imagen de una obra de arte con un par de garabatos. Con más o menos intención, insultó al arte consagrado, vendiendo dicho insulto, a su vez, como otra obra “al margen de todo tipo de convención pictórica”.

La modernidad industrial marcó una diferencia entre arte y decoración/ utensilios domésticos, por ello se define a la “Bauhaus como resolución final a los conflictos entre arte e industria”. Desde entonces, las vías estéticas que ha ido tomando el diseño en toda su historia han sido tratadas de forma parecida a como lo ha hecho la historiografía del arte. Hasta se ha hablado de un ‘retorno al orden’ del diseño a inicios de siglo XXI.  De hecho, la parte anterior del trabajo demuestra que también hay un camino hacia el lenguaje abstracto.

Y en las tablas de skate, la ilustración por sí sola no basta, debe finalizarse como obra rayada. Es el insulto a toda la estética del diseño (del resto de productos), pero también la participación del azar en la estética misma: todo skater luce orgulloso el desgaste. La tabla maltrecha por las azarosas acrobacias es más protagonista:si tanto la amabas cuando planchaba y tenía un pop de escándalo, no la dejes hecha pedazos en un cajón, ella no lo haría contigo”.

Conclusión

La ciudad supone un caldo de cultivo, con diversos resultados, pues “sus constituyentes se revelan en continua evolución, dedicados al cambio, a la sustitución o a la obsolescencia”; sin duda, ha cambiado mucho desde las primeras vanguardias, pero en un colectivo tan urbano como el skateboarding también existen esos procesos estéticos.

Se ha podido observar en la primera parte del trabajo la sofisticación extrema de un lenguaje plástico: la abstracción. El diseño no se ha llevado a cabo por ser un buen ornamento, no son el modelo más vendido, es más bien una edición limitada y cara, porque representa una idea estética abstracta: es una novedad con respecto al resto de diseños. Paralelismos existen con la obra Malévich: la imponencia de una forma geométrica estable ante un infinito fondo blanco.

Por último, al margen de toda convención estética del diseño, el skate emerge como un Duchamp insultando al gusto de un diseñador normal: no basta sólo con una ilustración; por muy abstracta que sea, necesita un final de azarosa semidestrucción.


 

3. Anexo: Breve estudio sobre las tablas

Introducción

Este anexo intenta probar que las tablas de skateboarding, aunque remotamente, son equiparables al arte de vanguardias y que existe una conexión entre ambas historias (si ambas tienen un común denominador estético).

Para ello se ha realizado un breve estudio de algunos diseños, intentando trazar un recorrido. Se trata de entender el diseño de este tipo de objetos, para poder dar por justificado el trabajo anterior.

El recorrido no es completo, no es absoluto. Sólo son pequeñas pinceladas de un entorno, muchas veces desconocido, pero con un contenido estético que influye en la moda más general hoy día, y que resulta atractivo para cualquier interesado en la estética posmoderna.

Sobre los diseños

Hay un cierto consenso en que los años 80’ fueron claves, tanto para el florecimiento del skateboarding como deporte, como para una mejora del diseño industrial de las tablas. Aunque la práctica de este tipo de patinaje sobre tabla comenzó en los sesenta como alternativa al surf en las calles de Estados Unidos, es cierto que hasta los ochenta no se ven los diseños más representativos, precisamente porque hasta ese momento no se dio el estallido del skateboarding. Pero es en las ilustraciones de la parte inferior de la tabla en donde merece la pena ahondar.

Lo que sorprende desde el inicio de su historia, es una abismal diferencia con la práctica del surf. Nació como un hijo predilecto de aquellos que cabalgaban las olas, porque también querían surfear las calles. Sin embargo, actualmente ambos colectivos han generado una distancia considerable tanto socialmente como también, y más interesante, en sus respectivas estéticas.

skate arte tablas 1980

Lo obvio, como puede observarse esta primera imagen, es el contagio entre el arte urbano y la cultura del skate: indiscutibles semejanzas entre los diseños de las tablas con los grafitis, por no decir que en muchos casos se ha considerado al mismo colectivo de skaters como grafiteros, y viceversa. “El espacio público es, por excelencia, lugar del intercambio, del encuentro: del arte con un público”; tendría que aceptarse, viendo estas tablas de hace tantos años, que ambas sub-culturas, o tribus urbanas, son estéticamente la misma. Sin embargo, los diseños evolucionan, y las influencias ya no están tan claras; es decir, el diseño de la tabla no será la mímesis de otra actividad específica como es el grafiti.

La imagen anterior pertenece a una serie de tablas de los 80’. En la época, todos los diseños son bastante similares: o guardan un marcado parecido con los grafitis, o con los cómics; dos de las expresiones ‘artísticas’, o simplemente plásticas, más en boga durante las décadas de los sesenta, setenta y ochenta. Incluso hoy, el flujo de influencias entre estos dos ámbitos de la ilustración o la representación pictórica hacia los diseños de tablas, camisetas, etc., sigue vigente.

skate arte tablas fucking awesome

Por ejemplo, en este diseño de la marca Fucking awesome, se observa la permanencia del estilo grafitero en el logotipo. La imagen central es claramente herencia del mundo del cómic, pero no hay un hilo narrativo en ella. Parece un único instante, extirpado de una serie de viñetas, y expuesto en el centro de la tabla, como si de un cuadro enmarcado se tratase.

   skate arte tablas supreme

No se puede entrar, pues no es el tema del trabajo al que acompaña este anexo, en los orígenes del diseño y del arte urbano. Por otro lado, sí es importante tener en cuenta los paralelismos que existen entre los productos de diseño, sus diseñadores, con los artistas propiamente intelectuales, de museo y de crítica elevada.

El primer paralelismo importante es el que se observa en la imagen anterior: la marca Supreme expone sus tablas con el nombre de sus creadores. De la obra de Raquel Pelta se puede deducir que el mundo actual decide guardar culto a sus diseñadores, puesto que “cada diseñador está implicado en la comunicación de los mensajes y, como tal, es quien, en gran parte, decide qué aspectos del mensaje se enfatizan y cuáles no”. Destacable es que no siempre, cada vez menos, los diseños de las tablas son una mímesis de otra cosa: si ya se ha dicho que la imitación de grafitis se había acabado, es importante saber que estas ilustraciones serán muchas veces creación de un diseñador específico, que probablemente sea aficionado al deporte.

Es el mercado diversificado el que ha visto en “la autoría una magnífica herramienta para dirigirse a los diferentes tipos de audiencia”. En esa diversidad de gustos se ve identificada una intención puramente comercial: “El diseño se convierte así en los diversos bienes, espacios y servicios que la intervención de diseñadores profesionales ha modelado”. La reverencia a la autoría no será en el caso del diseño un acto más del ritual artístico, sino del comercial. La compra-venta es un rito, un proceso humano, que difumina valores como el artístico, o al menos lo hacen más difícil de ver. Hace ya mucho tiempo que empapó los salones oficiales de arte, también los extra-oficiales o rechazados, y por supuesto, el diseño de estas tablas no iba a ser menos.

skate arte tablas polar scooter

 

Si se analiza el colectivo skater desde un punto de vista sociológico, se verá que forma parte de ese puzle de grupos y subgrupos urbanos en los que aparecen dinámicas estéticas diferenciadas del resto. En este diseño de la marca Polar se aprecia esa identidad común que se define tanto en la medida en que se distancia del resto. Como puede verse, a la ilustración no le falta la amenaza y la provocación; sin dejar de ser sólo un diseño: toda esa pasión animal de asesinar al que es contrario se queda en el diseño (en la representación); raras veces se expresa explícitamente con actuaciones violentas.

No hay nada más parecido al arte, sobre todo al de las vanguardias, cuya consigna era la provocación. Los artistas de vanguardia, con toda esta ‘violencia’, pretendían una revolución estética; es decir, llegar, a través del arte, a cambiar la mentalidad general. Si alguna vez se llegaba a la violencia física, había un discurso estético detrás. Del mismo modo sucede con los skaters, que consideran únicamente su actividad como digna de ser practicada, por una cuestión estética además: sólo su deporte es bello y adecuado; los demás estropean su paisaje urbano.

skate arte tablas western edition jazz

Se suele evitar cualquier impulso de catalogar las ‘subculturas’ urbanas como culturas. Para contradecir esta actitud, quizá sirva este diseño de la marca Western edition ¿Quién podría aventurar en los años ochenta, en vistas de los diseños que entonces se realizaban, que los skaters acabarían comprando unas tablas con un diseño temático de jazz? Relaciones con este tipo de música, que hoy día resulta bastante exquisita y hasta esnob, se han dado incluso en el hip-hop.

No procede, ahora, intentar entender hasta qué punto es una relación profunda o justa, lo que interesa en este punto del anexo es advertir la innovación del diseño: ya no es la simple mímesis de otra actividad, mucho más intelectual que el grafiti, sino la reinterpretación de la misma, enmarcándola, coloreándola o decoloreándola. No sólo se observan a los músicos de jazz, sino que están acompañados de una estética pictórica bastante reconocible: los colores planos, y la selección de estos, las formas geométricas, guardan una gran semejanza con el suprematismo de Malévich.

Habiendo recordado lo dicho en párrafos anteriores, los diseños de estas tablas no son simples copias del arte urbano. Por otro lado, es bastante dudoso que los skaters sean expertos también en jazz. Sin embargo, seguramente a muchos este diseño les atraerá, les parecerá estético y lo querrán comprar.

Conclusión

Este anexo demuestra una clara sofisticación  en los diseños, motivada por un comprador más exigente, al que no le basta un grafiti clásico (del mismo modo que en la cultura del propio grafiti también se ha dado una sofisticación).

La cultura del diseño de tablas de skateboarding ya no bebe del grafiti, ni del cómic, porque ambas expresiones ya no son únicas. Las variaciones de estilos, de diseños, son numerosas, no se pretendía abarcar todas en estas líneas.

Simplemente, se ha dibujado una línea con sentido, en el complejo mundo de estas tablas, y ha podido verse que el punto de relación establecido con las vanguardias es completamente plausible, teniendo en cuenta dicho recorrido como verdaderamente estético.

 

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