Los skaters del noroeste de Manhattan (Nueva York) llevan exactamente dos décadas con un skatepark de madera que en su momento fue bastante llamativo, pero que a día de hoy -después de 20 inviernos neoyorquinos- es más que insuficiente. Después de varios años con la comunidad skater en pie, el ayuntamiento de la ciudad de Nueva York ha aprobado la renovación del Skatepark de Riverside e invertirá cerca de 2 millones de euros en un proyecto que cambiará radicalmente lo que hay en ese lugar.
Pero este proyecto no ha agradado a todos los skaters de la zona, ya que el 60% de las instalaciones serán destinadas al street y las rampas no se asemejarán a las que ya había, que eran Verts de cerca de 3 metros. Según dice John O’Malley -que trató de mantener el primer park- al Manhattan Express, esta era una oportunidad para que los skaters de Vert tuvieran un lugar en la ciudad y sin embargo han decidido excluirles.
Tanto O’Malley como otros varios skaters de rampa de la ciudad han presentado una queja para modificar los planos, hecho que ha dejado en ‘stand by’ el proyecto y ha retrasado su comienzo a mediados de junio.
