Quedan cerca de 24 horas para que se anuncie si el skateboarding se convertirá en un deporte Olímpico de cara a Tokyo 2020, y lo único que lo está poniendo complicado es el tema del doping, que sigue sin convencer a muchos miembros del COI y entidades relacionadas a las Olimpiadas.
La disputa entre la WSF (World Skateboarding Federation) y la ISF (International Skateboarding Federation), que luchan por quedarse con la organización de esta competición, es uno de los temas que más ha hecho tambalear este proyecto al que muchos skaters se oponen. Tanto que esta rivalidad ha culminado esta semana con una denuncia de la WSF en la que aseguran que la ISF -empresa que ha estrechado lazos con la Street League– ha hecho trampa y ha evitado tests de doping (que servirían como prueba para conocer mejor a los skaters) en las últimas competiciones de nivel internacional.
Concretamente, la denuncia especifica que la ISF «canceló deliberadamente los test de drogas en un evento del 2015 por miedo a que varios skaters dieran positivo», al igual que sucedió -según acusa la WSF- en los X Games de Noruega 2016.
Según informa The Associated Press en una nota de prensa, el presidente de la ISF respondió ayer mismo en Rio de Janeiro que ni tan sólo había leído la denuncia, por lo que no podía hablar del tema ni decir hasta qué punto son ciertas o falsas estas acusaciones.
