Kyle Wester llevaba mucho tiempo soñando con romper el récord mundial de velocidad sobre una tabla, que estaba en 130,63km/h. Un día encontró el lugar idóneo (que no ha sido revelado) y tan sólo probando la bajada se acercó a esa marca. Se preparó durante un tiempo, esperó a que llegara el día más adecuado, prepararon las cámaras y… sí. Hizo historia al alcanzar los 143,89km/h.
Thrasher, Transworld y otros muchos medios de comunicación no tardaron en reaccionar y en mostrar su asombro, aunque muchos lo consideren un longboard. Sea lo que sea, no podemos ni imaginarnos lo que debe de ser patinar a una velocidad a la que podrías ir adelantando en autopista.
Siéntate, sube el volumen al máximo y alucina con este récord Guinness de Kyle Wester…